Jerez no aguanta más. Se la conoce como la ciudad, el municipio, con más paro, con más deuda, con menos desarrollo empresarial, con menos futuro. Nos engañan diciendo que se está produciendo el “Milagro de Jerez”. ¿Alguien lo ve?. Nosotros y nosotras no lo vemos.

La sociedad jerezana, el país en general, expresa deseos de participación y democracia que son ignorados por las instituciones. Las iniciativas participativas puestas en marcha se bloquean cuando se convierten en una amenaza para el gobierno de turno.

El Ayuntamiento, la institución más cercana a la ciudadanía, se ha ido convirtiendo en el coto privado de una élite político/financiera local, que sólo lo utiliza como una forma más de hacer negocios a costa de la ciudadanía.

Esa forma de actuación política, de los distintos gobiernos municipales, ha tenido negativas consecuencias: más recortes de derechos y conquistas sociales, una monumental deuda acumulada por todos ellos, lo que provoca que cada vez haya más jerezanos y jerezanas pobres, con problemas para pagar la luz, el agua, la hipoteca, que se colapsen los comedores sociales.

Y vamos a peor, si cabe. Las personas que han accedido a la Alcaldía de Jerez desde la democracia han sido condenadas, permanecen imputadas o están bajo sospecha de la justicia. El gobierno local no sólo no arregla la situación, la empeora: la deuda aumenta a pesar de haber despedido discriminatoriamente, de regalar el agua pública y de recortar servicios básicos. Los servicios sociales, la cultura, la educación, el urbanismo, solo se valoran por su rentabilidad económica. Son un negocio más.

Esta situación no puede continuar, por nuestro bien y el de generaciones futuras. Tenemos el deber de ofrecer, de darnos, un futuro claro, un proyecto de ciudad y de sociedad distinto, basado en una economía que no fomente la especulación y la corrupción, sino la economía social y local, que no sirva para enriquecer más a bancos y grandes corporaciones, sino para crear más empleo con derechos y que se marque el sencillo objetivo de mejorar la vida de sus convecinas.

Toda España está reaccionando, la ciudadanía, los movimientos, las organizaciones, con manifestaciones, mareas,.. contra los recortes, los desahucios, la privatización de la sanidad y la educación, contra la corrupción y los ataques a la democracia. En todas partes se habla de política, el deseo mayoritario de cambio se observa en internet, en facebook, en la tienda de la esquina, en la cena de navidad. Los ciudadanos y ciudadanas estamos tomando conciencia de nuestra fuerza, de nuestra capacidad de cambiar las cosas, cansadas ya de la degradación de la actividad económica y política, de la impunidad de los abusos.

Como consecuencia de esos movimientos, las últimas elecciones europeas han dado un aldabonazo: se pueden cambiar cosas que siempre han parecido inmutables como el bipartidismo. En muchas ciudades, desde la base, desde las organizaciones ciudadanas, están surgiendo movimientos llamando a una unidad y confluencia social para cambiar, para ganar democráticamente los ayuntamientos y las ciudades para el bien común, además de seguir construyendo tejido social y empoderar a la ciudadanía.

En Jerez hace tiempo que se respira este clima en reuniones, asambleas, charlas, en artículos de opinión. Se habla de converger, pero no de cualquier manera, no solo entre los movimientos, las formaciones políticas, los colectivos sociales,… sino entre todos ellos y la ciudadanía. En colaboración y no en competencia. Con una plataforma amplia, en la que confluyamos todos esos colectivos y la ciudadanía, muchas personas conocidas y respetadas, junto a cientos anónimas y movilizadas, es posible llegar a las miles necesarias para que Ganemos Jerez, ganemos las elecciones municipales y ganemos la ciudad.

No es que queramos ser concejales. Queremos cambiar no solo el poder representativo (el Pleno, el Gobierno,…), transformando la forma de “gobernar” y “administrar” justamente lo que es de todas, sino que queremos generar transparencia, participación continuada de la ciudadanía, haciendo política cada día, con voz y voto, no solo cada 4 años. Queremos construir ciudad con una red ciudadana abierta, no clientelar, donde plantear dificultades y aportar soluciones. Una democracia real.

Es irrenunciable un programa basado en la honradez, la transparencia y la participación, en la defensa de lo público como patrimonio y responsabilidad de todos y todas, en defender los derechos básicos a la vivienda (sin desahucios), la educación, la sanidad, los servicios sociales, la alimentación, el agua o la energía. Un programa que apueste por la Economía Social, que denuncie la deuda ilegítima, que defienda los derechos humanos, que entienda el medio ambiente como clave para la vida y el bien común, y que apueste por la cultura.

Para conseguirlo es necesario que hablemos todos y todas. Por muy diferentes que seamos, seguro que nos ponemos de acuerdo en un plan mejor que el que nos tienen preparado los de siempre. Es posible un proyecto plural, intergeneracional, donde todos quepamos, donde prevalezca la inclusividad frente a las identidades cerradas.

Unas opciones electorales aún no se han estrenado, otras apenas han tenido experiencia de gobierno o las pequeñas cuotas de poder no les han permitido emprender grandes cambios institucionales, y a pesar de los fallos que hayan cometido, o estén cometiendo, el objetivo no es luchar por unos votos que solo nos llevarán a la oposición. Queremos alianzas amplias que lleguen a la mayoría. No se trata de crear coaliciones o sopas de letras, sino espacios que, respetando la identidad y ritmo de cada cual, sirvan para multiplicar con generosidad, creatividad y compromiso, sintiéndonos parte del proceso, construyendo con la ciudadanía una propuesta defendible por todos.

Por todo ello, hacemos un llamamiento a las organizaciones políticas, sociales, sindicales y vecinales, a las mareas, los colectivos, a todas esas personas que día a día, con aciertos y errores, se comprometen, pelean, proponen. Pero ante todo, al conjunto de la población de Jerez y su comarca, para pasar de la crítica al trabajo en común con sus vecinos y vecinas para construir una ciudad al servicio de las personas.

No queremos dividir, ni fragmentar más a quienes apuestan por el cambio. Sólo seguiremos adelante si se suman centenares de personas en los primeros pasos y varios miles de firmas avalan este llamamiento. Si lo conseguimos, construiremos entre todos un programa, unas listas electorales en un proceso de primarias abiertas y los mecanismos de participación a implantar después de las elecciones.

No queremos dejar la ciudad, ni su entorno rural, en manos de un grupo de concejales, sino transformarla entre todos y todas, antes, durante y después de las elecciones. No buscamos líderes, ni personas que actuen como salvadoras, porque no existen. Queremos personas que ejerzan un liderazgo compartido y plural de un proyecto en que nos sintamos representados todos, reconocibles por la ciudadanía, que verbalicen las propuestas y en las que podamos delegar también multitud de decisiones diarias que deberán tomar y no podrán ser consultadas.

Miremos hacia adelante, sin dogmatismo, aprendiendo de todas las luchas de los últimos años. Queremos acelerar el cambio, con ambición, sabemos que no hay fórmulas mágicas para resolver las dificultades que nos encontraremos, pero ahora estamos ante un momento histórico que no debemos, ni queremos, desaprovechar.

Ganemos Jerez estaba en el ambiente, solo le hemos puesto nombre. No está acabada, está empezando. No es solo discurso, son acciones y propuestas compartidas. Si somos capaces de imaginar otra ciudad, tendremos el poder de transformarla.

Ganar Jerez, Ganar la Ciudad

¡Ganemos Jerez!

Firma el llamamiento